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Comunica con impacto tus valores sostenibles: los 6 principios de las ideas que calan

 

Hace dos semanas estuve hablando con Ana, que es ingeniera química y ambiental especializada en sostenibilidad, en un directo de Instagram sobre qué es realmente ser sostenible y sobre la sostenibilidad en los negocios.

 

Porque:

 

  • Se entiende mayoritariamente como algo relacionado con el medio ambiente, pero quizá las partes económica y social que engloba no son tan conocidas.
  • Muchas personas lo relacionan con una ideología política y no con una necesidad de supervivencia.
  • Esto demuestra que es un concepto abstracto que todavía no está claro en la sociedad e impide su efectiva divulgación.

 

Por eso no solo es vital entender de qué va realmente la sostenibilidad, sino también saber cómo comunicarla para que cale en la sociedad.

 

Así que en este artículo te voy a contar cómo comunicar tus valores sostenibles para que no pasen desapercibidos.

 

 

Menos cantidad, más calidad

 

Cada vez hay más negocios que quieren crear y vender productos de calidad, que sean duraderos, que estén fabricados con materias primas controladas para conservar el medio ambiente y que quien las produce lleve un pago justo también por su trabajo para poder vivir dignamente.

 

Y esto, tanto a ti como a mí nos parece maravilloso y pensamos que ojalá todo el mundo pensase igual para que podamos seguir disfrutando de este planeta tal y como lo conocemos por muchas generaciones más.

 

Pero claro, son muchos años de ver camisetas a 5 €, descuentos de hasta un 70 %, peleas durante las rebajas para entrar en los grandes almacenes antes que nadie… y un largo etcétera al que la sociedad nos ha (mal)educado.

 

 

Y ahora venimos unas cuantas personas (aunque cada vez somos más) a decir que ese modelo de consumo no es compatible con la vida porque arrasa con todo y no deja hierba verde a su paso. Y nos miran con recelo, porque a nadie le gusta que le señalen que lo hace mal.

 

 

Pero si el precio de una camiseta es de 5 €, ¿cuánto se lleva quien cultiva el algodón del que está hecha? ¿Cuánto se lleva quien la ha cosido? ¿Y qué me dices de los gastos de agua para cultivar ese algodón? ¿Y los de electricidad para coserla? ¿Y los del transporte? ¿Y los de las personas intermediarias?

 

 

Entonces te das cuenta de que por algún lado tienen que recortar para que a ti te cueste 5 € y esa empresa se haya convertido en multinacional.

 

 

Cambia tu comunicación para cambiar su perspectiva

 

El reclamo de estas empresas son los precios bajos. Pero si tienes un negocio sostenible, uno que intenta hacer las cosas lo mejor posible y que es humano, los precios bajos no deberían ser tu reclamo.

 

Tú necesitas comunicar en otros términos y hacer entender que ese modelo de consumo desenfrenado realmente nos cuesta caro.

 

Con esto no justifico que lo sostenible deba ser sinónimo de precios desorbitados, porque entonces convertiríamos la sostenibilidad en un lujo. Y nada más lejos de la realidad.

 

Lo suyo es que tenga un precio justo. Para ti, para todas las personas implicadas en su fabricación, para el medio ambiente y también para tu clientela.

 

Entonces, ¿cuál es tu reclamo?

 

  • Tu reclamo pueden ser los datos de la diferencia del impacto ambiental entre los dos modelos de negocio.
  • Tu transparencia empresarial.
  • Educar en por qué y para qué haces las cosas de esta manera.
  • Demostrar que tenemos que darle una vuelta de tuerca a los precios y preguntarnos por qué los otros son tan bajos si los nuestros son justos.

 

Estos son tus reclamos.

 

Pero… ¿cómo consigues comunicarlo sin que pase desapercibido? ¿Y cómo consigues que la gente actúe?

 

 

Los 6 principios de las ideas que calan

 

Hay ideas muy buenas que se olvidan a la media hora y otras que perduran siglos, como los refranes, o incluso milenios, como algunas fábulas que nos llegan desde la antigua Grecia para transmitirnos enseñanzas.

 

transporte sostenible

Obviamente no hay una fórmula mágica para que las ideas calen y muevan montañas, pero es cierto que las ideas que han perdurado presentan una serie de características comunes: 6 principios.

 

Así que vamos a verlos para que la comunicación de tu negocio sostenible no pase desapercibida.

 

 

Hazlo simple

 

Ayer vi un vídeo de una dermatóloga que decía que las cabinas de bronceado eran malas para la salud porque provocaban cáncer de piel. Y por eso la comunidad internacional de dermatología está intentando que en todas las cabinas de bronceado cuelguen un cartel que diga: ESTO MATA.

 

Esa es la idea principal. Las cabinas de bronceado matan.  Simple y directo.

 

Así que, si te tuvieras que quedar con una sola idea sobre lo que quieres transmitir, ¿cuál sería?

 

A partir de ahí aporta los datos y las explicaciones que consideres, pero que la idea principal sea simple.

 

Porque si quieres transmitir 3 ideas por mensaje, no transmites ninguna. Se mezclan, las prioridades se diluyen y esto acaba confundiendo a tu audiencia.

 

 

Que sea inesperado

 

El primer reto de la comunicación es conseguir la atención del público. Por eso tenemos que romper con lo que se espera que hagamos y ser imprevisibles.

 

Y el segundo reto es mantener esa atención.

 

Piensa en los anuncios de la DGT. Todos cuentan con dos factores que han conseguido que les prestemos atención y nos quedemos con el mensaje:

 

  • Sorpresa
  • Interés

 

Todo va bien hasta que algo se tuerce (la sorpresa de lo inesperado); ese algo te puede pasar a ti, pero si haces caso a lo que dicen lo podrás evitar (te interesa).

 

Este es un ejemplo de comunicación de impacto trágica. Pero los anuncios con final feliz también siguen estos dos principios: piensa en los de la Lotería de Navidad, por ejemplo.

 

Pero ¡ojo!, al buscar la sorpresa ten siempre en cuenta que debe estar directamente relacionada con lo que quieres comunicar, porque si no tu mensaje no será efectivo.

 

 

Concrétalo

 

Todo lo que podemos comprobar con los sentidos es concreto.

 

Decir que China produce 169 millones de quilos de residuos plásticos al día es abstracto porque nos cuesta entender las dimensiones reales de esa cantidad.

 

La redacción de La Vanguardia conoce este problema y por eso dieron con una forma concreta de transmitir la noticia: «China produce residuos plásticos equivalentes a 828 estatuas de la Libertad al día».

 

Aunque el titular sea este, la noticia nos informa de la cantidad de residuos plásticos que producen al día distintos países. Y en todos los casos sigue la misma estrategia de equiparar estas cantidades al peso de monumentos internacionalmente reconocidos.

 

¿Por qué?

 

Porque la concreción es la única manera de asegurarnos que una idea signifique lo mismo para todo el mundo.

 

Este punto es vital para los negocios sostenibles y responsables, porque tanto la sostenibilidad como la responsabilidad son conceptos abstractos. En cambio, si los traducimos a ejemplos concretos que identificamos con facilidad (como los monumentos archiconocidos), son tan visuales que se fijarán en la mente de nuestra audiencia.

 

Y recuerda: es posible que tú seas experta o experto en un área concreta, pero las personas a las que diriges tus productos o servicios puede que no. Así que deja los tecnicismos y conceptos abstractos y concreta siempre tu mensaje.

 

 

Que sea creíble

 

A principios del 2020 fuimos muchas las personas que nos reímos cuando empezaron a circular los rumores de que empezábamos a sufrir una pandemia. Hasta que la OMS se empezó a hacer eco de las dimensiones del problema y los gobiernos comenzaron a tomar medidas.

 

Y de repente ya no nos hacía ninguna gracia.

 

¿Por qué nos lo tomamos en serio cuando empezaron a intervenir organismos nacionales e internacionales?

 

Porque son figuras de autoridad en este tema. Hay personas expertas que estudiaron y analizaron la situación para cerciorarse de lo que decían antes de alarmar a la población.

 

Por eso nos fiamos de los datos y estadísticas de estudios hechos por reconocidas instituciones.

 

Aunque no es la única manera de ser creíbles.

 

Siempre me acordaré de un voluntario que vino a darnos una charla sobre alcoholemia en el instituto. El señor nos contó que había sido alcohólico y todo lo que le había supuesto esa etapa de su vida: perdió a su familia, perdió su trabajo y desarrolló un cáncer del que se estaba recuperando después de padecerlo 5 años.

 

¿Por qué se expuso así?

Porque no quería que nadie sufriese como sufrió él. Quería advertir a los y las adolescentes de los peligros que entraña el consumo de alcohol porque en su día él no tuvo a nadie que se lo dijera.

 

Hace unos 15 años de esa charla y a día de hoy me sigo acordando.

 

El caso es que, si has pasado por una situación que te ha marcado o por la que podría pasar tu público y cuentas en detalle las consecuencias o los beneficios de tu historia y el por qué la cuentas, también serás creíble. Porque nos fiamos de la experiencia.

 

 

Emociona

 

El ejemplo anterior me quedó grabado por la experiencia personal del voluntario, pero también porque me emocionó. Es imposible quedarse indiferente ante una historia así.

 

Porque nos importan nuestros seres queridos. Porque nos importa tener un futuro laboral para vivir a gusto con lo que hacemos. Y porque nadie quisiera padecer un cáncer: queremos gozar de una buena salud.

 

Así que no desestimes el poder del interés personal.

 

Por ese motivo, cuando hables de un producto o un servicio sostenible, en lugar de decir solo las características que presenta, ve un paso más allá y cuenta lo que supone para quien lo compra.

 

No solo vendes una camiseta de algodón orgánico de precio justo estampada a mano.

 

¿Qué valores hay detrás de esta prenda?

 

  • Vendes el apoyo al desarrollo de las comunidades que viven del cultivo del algodón.
  • Vendes una tierra que puedan cultivar las próximas generaciones.
  • Vendes la transparencia de conocer quien ha estampado la camiseta porque es artesanal.

 

¿Cuáles son las sensaciones que quieres evocar?

 

  • Vendes una prenda que te acompañará en muchos viajes.
  • Vendes la suavidad de su tacto.
  • Vendes la sensación de un tejido fresco en una calurosa tarde de verano.

 

Esto son solo algunos ejemplos, pero si ahora tienes ganas de vacaciones, asumiré la culpa con orgullo.

 

 

El poder de las historias

 

Hay relatos, como el del voluntario de la charla sobre alcoholismo, que nos ofrecen simulacros (información de cómo actuar) e inspiración (motivación para actuar).

 

Y no hace falta tener mucha creatividad para utilizarlos y llevarlos a nuestro terreno, a lo que queremos transmitir. Todo lo que hay que hacer es observar las historias que nos ofrece el día a día y utilizarlas para comunicar nuestra idea.

 

Si has visto Forrest Gump, estoy segura de que entiendes de lo que hablo, porque la vida es como una caja de bombones: nunca sabes lo que te va a tocar.

 

Así que préstale atención y sírvete de esas vivencias para comunicar con impacto.

 

 

Pero si prefieres delegar los textos de tu negocio, escríbeme a info@linguatrabada.com para que tus ideas y valores no pasen desapercibidos.

 

 

Y si quieres profundizar sobre cómo transmitir ideas que calan, te recomiendo el libro que he utilizado para crear esta publicación: Ideas que pegan. Por qué algunas ideas sobreviven y otras mueren – Chip y Dan Heath.

 

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